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‘Ardara’, las mil y una historias sobre la misteriosa desaparición de tres

jóvenes en Irlanda

 

ASTRID MESEGUER, BARCELONA

LA VANGUARDIA  22/11/2019

 

El primer filme de ficción de Raimon Fransoy y Xavier Puig reconstruye un viaje que reflexiona sobre la juventud y la paternidad

 

Hacerse adulto comporta demasiada responsabilidad y no todo el mundo está preparado para asumir el reto de esta nueva etapa.

Macià es un joven de Menorca que  perdió  a  sus  padres  de niño y siente la necesidad de reconstruir el viaje que ellos emprendieron hace veinte años al pueblo irlandés de Ardara después de descubrir un libro con dibujos e indicaciones de su progenitor. A esa misma localidad de la costa del Ulster van a parar Bruna y María, dos actrices de Barcelona desencantadas con la profesión que se dan un respiro en medio de un baño abrumador de naturaleza.

El encuentro entre esas tres almas perdidas en un lugar acogedor y extraño a la vez da inicio a una amistad que se irá tejiendo en el marco de la recreación de los espacios que vivieron los padres de Macià a través de los vídeos caseros que graba el menorquín con sus nuevas compañeras como protagonistas frente a la cámara. Y entre risas, celebraciones y conversaciones existenciales los tres desaparecen del mapa sin dejar rastro.

Su inexplicable ausencia sirve de base para que la gente que les vio pasar en su visita al condado de Donegal ofrezca múltiples perspectivas sobre quiénes son y por qué se fueron de casa.

Curtidos en el documental musical y el videoclip, Raimon Fransoy y Xavier Puig dirigen su primer largometrage de ficción con una reflexión sobre la juventud, la paternidad y la necesidad de contar historias que se adereza con grandes dosis de imaginación para dibujar una narración que deambula entre la magia de la leyenda y la verdad que clausuró el pasado festival In-Edit y llega este viernes a las salas de cine. Ardara es un propuesta sumamente original que nació con una campaña de micromecenazgo en la plataforma Verkami y cuyo rodaje finalizó ya hace cuatro años.

El guión surgió de una idea de Fransoy cuando vivía en Inglaterra y mirando a su hijo pensaba si en 20 años frecuentaría los mismos sitios  que  de  pequeño,  si significarían algo para él y se acordaría o volvería a visitarlos. “A esta idea original se fueron sumando otras con las aportaciones de Xavi y de la gente que ha colaborado en la película, pero el tema de la paternidad sigue vivo en el corazón de la historia”, afirma Fransoy en conversación con La Vanguardia. “Es una reconstrucción de un viaje que acaba generando un viaje nuevo con experiencias nuevas que cambia el viaje inicial“, añade Puig.

Así, Ardara es un relato construido por varias voces abiertas a la improvisación que se compone de reconstrucciones:  desde la que hace Macià del viaje de sus padres, pasando por la del equipo de rodaje que indaga sobre la desaparición de los jóvenes o la que hacen los propios habitantes del pueblo recordando la visita de esos chicos y especulando sobre lo que pudo pasar con ellos. “Quedamos muy sorprendidos de la capacidad de los irlandeses para fabular, fue toda una lección, ya que con unos puntos de partida y unas coordenadas empezaron a jugar al límite”, comenta Raimon a cerca de la participación de los lugareños que se interpretan a sí mismos en la película y ofrecen su propia versión de los hechos. Para ello le resultaba interesante reflejar “la idea de explicar historias como manera de ordenar el mundo y entenderlo”.

 

“¿Qué queréis saber? ¿La verdad? Nadie sabe la verdad. La gente elige la verdad que más le conviene”, nos advierte ya de entrada uno de los vecinos de Ardara.

El primer filme de ficción de Raimon Fransoy y Xavier Puig reconstruye un viaje que reflexiona sobre la juventud y la paternidad
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